21/10/13

MFM: Alberto García-Alix


Mi Fotógrafo del Mes. Alberto García-Alix




Fotógrafo nacido en León en 1956, residente en Madrid desde los 11 años. En 1976 montó su primer laboratorio fotográfico en El Rastro, donde comenzó a interesarse por la fotografía, adquiriendo su primera cámara fotográfica: una Nikon F2 con objetivo 22 mm. Trabajó en muchos proyectos relacionados con la publicación de sus propias fotografías en fanzines y revistas de creación propia. Sus fotografías comenzarán a publicarse y extenderse en diferentes revistas nacionales, portadas de libros y discos de música.


Ya en 1981, tras haber visitado numerosas exposiciones de fotógrafos como el alemán August Sander y los norteamericanos Walker Evans, Diane Arbus y Danny Lyons, que serán decisivos y referentes en su obra fotográfica, tendrá la oportunidad de exponer su obra por primera vez  en la Galería Buades, una galería de arte en Madrid, significativa en aquellos años.

Podríamos clasificar su obra como un documento fotográfico de la sociedad de la década de los 80 y del movimiento contracultural conocido como “la movida madrileña”, donde retrató a la gran mayoría de los personajes clave del movimiento con los que se codeó, siendo grandes amigos entonces, como Olvido Gara (Alaska), Rosy de Palma y Ana Curra, entre otros muchos.



Además, se trata de una autobiografía fotográfica. Recuerdos de vivencias y situaciones del Madrid de los años 80, del que sus fotografías son testimonio verídico. Los personajes que aparecen son sus propios amigos, gente de su entorno con la que se ha producido un encuentro y que quiso plasmar en un momento de su vida por alguna razón que sólo él conoce.

Sin embargo, no transmiten nada sobre él mismo, si no sobre el sujeto al que retrata. García-Alix se obliga a evadirse de su propia persona para mostrar en estado puro a quien fotografía. Los retrata como personas, no como personajes, y siempre con respeto, admiración y moralidad. Retrata a sus amigos, sus mujeres, los paisajes y el ambiente que comparte con ellos, sus miedos y frustraciones. Cuando fotografía la figura femenina, preferentemente lo hace desnuda, directa y carente de pudor, con la intención de igualar el concepto de arte y vida como hechos totalmente comunes.

Es capaz de captar la totalidad de luces y sombras, de transmitir la sensación de la temperatura de la luz en cada una de sus imágenes en blanco y negro. 





Alberto García-Alix: uno de mis grandes referentes y base de mi inspiración en la fotografía. Quizá la clave se encuentra en que compartimos el amor hacia las motocicletas, sobre todo  Harley-Davidson, la música de los 80 y los artistas que retrata de la época de la Movida Madrileña, grandes personajes para mí, y el Rock And Roll, además de la fotografía. También los tatuajes y los movimientos Rocker y Teddy Boy que aparecen en su obra, y que tanto me atraen.

Conocí su obra por casualidad mediante el anuncio de una exposición retrospectiva que tuvo lugar en Murcia en el año 2010 bajo el título “No me sigas, estoy perdido”. Llamaron mi atención los personajes que aparecían y, sobre todo, la época en la que estaban contextualizados. Como amante y nostálgica de lo clásico, no lo pensé dos veces y fui a la exposición. Fue entonces cuando quedé totalmente seducida por la vida y la obra del fotógrafo Alberto García-Alix.

Recibo de Alberto García-Alix lo que muestra y quiere transmitir cuando capta en sus instantáneas la realidad pura y dura de su día a día. La forma en que se relaciona con la fotografía, viviéndola como oficio, beneficio, divertimento, diario gráfico, documental, vía de transmisión de sensaciones, etc.
No sólo me atraen los rostros conocidos de su obra, sino la manera que tiene Alberto García-Alix de mostrármelos. Los encuadres en los retratos, en su gran mayoría, muestran lo justo, lo que necesitas ver de esa persona para conocerla en tan sólo un primer vistazo. No necesitas el todo, él te lo muestra tan sólo con la parte.
La humildad de sus imágenes, de los personajes y el entorno que las compone, es otro de los rasgos que hacen que sientas una tranquilidad en el alma, aunque lo que escondan sea pura dureza y cruda realidad.
Tomo referencias del fotógrafo en mi propia obra, y guardo en mi mente frases textuales que muy difícilmente olvidaré.

“En la fotografía, la cámara obliga a mirar, y mirar obliga a decidir qué veo, qué quiero ver y cómo lo quiero ver”.

“Parte de la magia de la vida es el encuentro”.


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